martes, 7 de diciembre de 2010

Noche de angustia ( Nacht fiel über Gotenhafen ) ( 1955 )

Producción de la Republica Federal Alemana dirigida por Frank Wisbar

El hundimiento del transatlántico alemán Wilhelm Gustloff es considerada la mayor de las tragedias navales de todos los tiempos, a la que siguen el del Cap Arcona y del Goya, los tres ocurridos en el mismo escenario.[2] Fue provocado por un submarino de la armada soviética en el contexto de la Operación Aníbal, durante la Segunda Guerra Mundial. El barco, un antiguo buque de recreo, había sido reconvertido en un buque militar de transporte y se encontraba evacuando en esos momentos a 1.656 militares y 8.956 civiles. El resultado de su hundimiento fue la muerte de 9.343 hombres, mujeres y niños.[3]
Su hundimiento se produjo mediante torpedos, que fueron lanzados contra la embarcación el 30 de enero de 1945. A bordo del buque se encontraban más de 10.000 personas, en su mayoría mujeres y niños, pero también había heridos, participantes de las batallas contra el Ejército Rojo. Igualmente se hallaban a bordo aproximadamente mil cadetes de la marina, que habían acabado su adiestramiento para combatir en los submarinos alemanes y se debían incorporar al servicio lo antes posible.
El buque fue construido por los astilleros Blohm & Voss de Hamburgo, tenía 208,5 m de eslora y 23,5 m de manga, desplazaba 25.484 tn impulsado por motores diésel de 9.500 cv. Contaba con una tripulación de 420 oficiales y marineros y podía transportar a 1.465 pasajeros de una sola clase con una velocidad de 15,5 nudos. Fue bautizado Wilhelm Gustloff en honor a un líder nacionalsocialista suizo asesinado en 1936.

 Primera misión de transporte

Después de entrar en servicio, el KdF Wilhelm Gustloff zarpó en cruceros de placer que incluyeron puertos del Atlántico, el Mediterráneo y del Mar del Norte. Aparte de esas travesías llevando turistas alemanes, el Gustloff realizó un viaje a España, poco antes de comenzar la Segunda Guerra Mundial, para transportar de regreso a la Legión Cóndor que ayudó a los sublevados a ganar la Guerra Civil. El convoy, compuesto por los cruceros KdF Robert Ley, Deutsche, Stuttgart, y el Sierra Córdoba, además del Gustloff llegaron a España el 24 de mayo de 1939, descargando grandes cantidades de material para las fuerzas nacionalistas, que incluían medicinas y alimentos. Dos días después, la Legión Cóndor embarcaba en los buques que zarparon inmediatamente rumbo a Alemania.

Buque hospital

Meses después, poco antes de comenzar la invasión a Polonia, el Gustloff fue pintado de blanco con una banda verde de proa a popa, y cruces rojas en varios lugares del casco y cubierta. Fue comisionado en la Kriegsmarine como "Lazaretschiff" o buque hospital. Luego de un intenso período de entrenamiento para sus nuevas actividades, entró en servicio por primera vez después de la campaña de Polonia en Danzig-Neufahrwasser transportando a Alemania 685 heridos durante la campaña y regresando a Danzig, donde quedó asignado para prestar servicios médicos. También formó parte del convoy que movilizó miles de alemanes que fueron repatriados a Alemania desde las regiones que en ese momento iban siendo ocupadas por los soviéticos, de conformidad con el acuerdo germano-soviético de repartición de Polonia.

Campaña de Noruega y reconversión militar

Desde mayo hasta julio de 1940, el Gustloff se trasladó a Oslo en Noruega para atender a los heridos durante la campaña en ese país. Finalmente le ordenaron que se dirigiera a Stettin el 2 de julio transportando 563 heridos. Allí quedó anclado en puerto durante más de cuatro años, convertido en unas barracas militares para los cadetes de la cercana base de instrucción en guerra submarina. Durante este periodo fue pintado de gris naval y se le dotó de una pequeña cantidad de medios antiaéreos, convirtiéndose de hecho en un transporte armado. Con estas características finales aparece en la maqueta del Marine-Ehrenmal Laboe que ilustra este artículo.

Enero de 1945

La evacuación de los civiles en el Frente del Este comenzó muy tarde, aunque había habido planes para hacerlo durante meses, por causa de la decisión de los líderes nazis de luchar hasta el final. Por ello, sólo se dio la orden cuando las tropas soviéticas ya habían penetrado profundamente en Prusia Oriental, y las condiciones de evacuación tanto por tierra como por mar fueron caóticas.
En enero de 1945, el Almirante Karl Dönitz ordenó que el Gustloff evacuase al personal de U-Boots y que apoyase también la evacuación de refugiados y heridos en la denominada Operación Aníbal. De esta forma el trasatlántico pasó a formar parte de la mayor evacuación realizada en la historia, el rescate y transporte de millones de refugiados, enfermos, heridos y todos los que escapaban de las tropas rusas que avanzaban desde el este. Todos los buques disponibles en el Báltico fueron destinados a la evacuación incluyendo los buques del KdF, cargueros, auxiliares y buques pesqueros. Entre los grandes buques se encontraban el Cap Arcona, Robert Ley, Hamburg, Hansa, Deutschland, Potsdam, Pretoria, Antonio Delfino, Winrich von Kniprode, Ubena, Goya, Berlin, General Steuben y Monte Rosa.
En el puerto, más de 60.000 refugiados trataban de abordar las naves creándose un estado de caos y confusión. Mientras los oficiales intentaban contabilizar a los pasajeros, mucha gente subían a bordo desordenadamente burlando la guardia, que se veía inerme para controlar a la multitud. Algunos disparos al aire hacían recuperar el orden, pero no por mucho tiempo. Niños deambulaban por doquier buscando a sus padres. Un nutrido grupo de auxiliares femeninas de la Kriegsmarine fueron acomodadas en lo que una vez fue la piscina del lujoso trasatlántico ubicada en la Cubierta-E. Todas eran jóvenes de 17 a 25 años. Un día antes de zarpar, llegó un tren hospital a Gotenhafen llevando heridos que fueron subidos a bordo y acomodados en la llamada cubierta para tomar el sol, donde años atrás miles de turistas alemanes se broncearon navegando por las aguas del Mediterráneo. Todos los espacios del buque estaban abarrotados de gente. En cubierta se veían algunas ametralladoras antiaéreas instaladas para rechazar posibles ataques aéreos. Sólo dos tercios de los pasajeros llevaban chalecos salvavidas y ante el número de pasajeros era evidente que en caso de emergencia los botes salvavidas no podían albergar al resto.
El buque contaba con una tripulación de 173 hombres y transportaba 918 oficiales y marineros, 373 mujeres del Cuerpo Femenino Auxiliar de la Kriegsmarine, 162 heridos y 4.424 refugiados. La lista oficial informó de un total de 6.050 personas, pero no cabe duda que muchos cientos más, de una manera u otra, lograron subir a bordo escapando del Ejército Rojo. Las últimas investigaciones dicen que a bordo del Gustloff viajaban 8.956 refugiados, 918 oficiales y marineros de la 2. Unterseeboot-Lehrdivision, 373 mujeres del Cuerpo Femenino Auxiliar de la Kriegsmarine, 173 auxiliares y 162 heridos graves, sumando un total de 10.582 personas.

Hacia su destino final

A las 12:30 de la tarde del 30 de enero de 1945, el Gustloff soltó amarras mientras cuatro remolcadores lo sacaban a la rada. Zarpó de la bahía de Gotenhafen en un día con muy mal tiempo, precedido por un dragaminas, con una curiosa estructura de mando. Como transporte de civiles estaba bajo el comando del capitán de la marina mercante Friedrich Petersen y como transporte militar asignado a la 2. Unterseeboots-Lehrdivision tenía como comandante al capitán Wilhelm Zahn. Nevaba con vientos fuertes y la temperatura era de 10° C bajo cero. El mar se encontraba medio congelado y cualquier persona que cayera al agua no podría sobrevivir. El Gustloff comenzó la navegación sin escolta contra los ataques submarinos o de aviación. Ante los ataques aéreos el buque tenía la protección del clima y unas pocas ametralladoras antiaéreas, pero ante los submarinos estaba indefenso. Pronto la oscuridad invernal envolvió al buque y la gente con varios días sin comer ni dormir, cayó presa del mareo. La cubierta estaba congelada.
Se produjo una discusión entre los diversos capitanes del buque, pues el capitán civil (más veterano) era partidario de navegar por aguas profundas, buscando la protección de los convoyes alemanes, mientras el militar prefería viajar cerca de la costa. Al final se impuso la veteranía del capitán civil, y el Gustloff avanzó con las luces apagadas en busca de un convoy de dragaminas situado más al norte. Cuando se aproximaban al mismo, encendieron las luces de posición en medio de la noche, bajo condiciones de mala visibilidad, para evitar una colisión. Ese fue el momento en que fue avistado por el submarino soviético S-13, que patrullaba aquellas aguas con la misión de impedir las operaciones navales alemanas en torno a Prusia Oriental. No ha quedado establecido que el capitán atacante viera, en la noche invernal báltica, mucho más que estas luces de posición delatando a un buque de gran porte.
A las 21:08 del 30 de enero de 1945, el Wilhelm Gustloff navegaba entre la Bahía de Danzig y la isla danesa de Bornholm, casi a la altura de Stolpmünde en Pomerania, cuando fue atacado por este submarino S-13, comandado por Alexander Marinesko. El S-13 era un submarino diseñado en Alemania y construido en Holanda cuando estaba en vigencia el Tratado de Versalles, que le prohibía a Alemania poseer una flota submarina. El astillero donde se construyó el S-13 fue una empresa mixta con intereses alemanes procedentes del Krupp Germania-Werft de Kiel asociado con la Deutsche Schiff und Maschinenbau AG de Bremen y la Kriegsmarine. Los gobiernos alemán y soviético negociaron la venta y traspaso de la nave, que desde entonces formó parte de la flota soviética del Báltico.
Esa noche de enero de 1945, Marinesko disparó tres torpedos contra el Wilhelm Gustloff sin que el buque de guerra que lo escoltaba pudiera evitarlo. El transporte acusó los impactos, escoró rápidamente a estribor recuperando la verticalidad poco después, pero finalmente volvió a escorar hacia babor. El testigo del hecho, Oberbootsmannsmatt Karl Hoffman, relató que el primer torpedo hizo blanco en la proa debajo de la línea de flotación, el segundo en la sección media a la altura de la piscina, matando a casi todas las auxiliares de marina, y el tercero a mitad del buque por delante de la sala de máquinas. En pocos minutos el castillo de proa se encontraba casi bajo las aguas. El Gustloff se hundió en menos de 50 minutos, llevándose hasta el fondo del Báltico a 9.343 hombres, mujeres y niños; 1.239 personas pudieron ser rescatadas con vida por buques alemanes que se encontraban en las cercanías en misiones de evacuación o escolta. El mar estaba cubierto de cadáveres con salvavidas. El torpedero T-36 rescató a 564 personas, el torpedero Löwe a 472, el dragaminas M 387 a 98, el M 375 a 43, el M 341 a 37, el Göttingen a 28, el Torpedofangboot TF 19 salvó a 7, el carguero Gotland a 2 personas y el Vorpostenboot 1703 rescató a un bebé de sólo un año de edad.
Karl Hoffman sufriendo hipotermia fue rescatado por el torpedero T-36, cuya tripulación lo reanimó con masajes y té caliente. El T-36 formaba parte del escuadrón de escolta del crucero pesado Admiral Hipper, que también llevaba refugiados. El propio T-36 sorteó dos nuevos torpedos escapando a toda velocidad. A las 2 de la tarde del 31 de enero de 1945, el T-36 llegó a Sassnitz.
De Alemania Oriental y Polonia fueron evacuadas en total 2 millones de personas. De los que lograron ser embarcados, entre 25.000 y 30.000 murieron; la mayoría de ellos, unos 15.000, cuando el Gustloff y el Goya fueron hundidos. La desordenada evacuación de Prusia Oriental se cobró cerca de 300.000 vidas en total.
Alexander Marinesko, comandante del S-13, como resultado de estas acciones fue propuesto como Héroe de la Unión Soviética, pero paradójicamente se le denegó porque el alto mando soviético albergaba dudas sobre si verdaderamente fue Marinesko quien hundió el buque, pues se decía que había sido bombardeado por la Luftwaffe. Finalmente se le otorgó la condecoración a título póstumo.
Los rusos dinamitaron los restos con el resultado de que se partiese el pecio, de manera que desistieron. Hoy día el Gustloff reposa en tres secciones relativamente en buen estado de conservación a 42 m de profundidad en aguas de gran turbiedad.
Ninguna otra tragedia marítima ha sido tan grande por el número de víctimas. En 1955 fue estrenada la película alemana "Nacht fiel über Gotenhafen" que se basaba en el hundimiento del Wilhelm Gustloff. De los muchos libros aparecidos sobre la tragedia del Gustloff, el escrito por Heinz Schon, "SOS Wilhelm Gustloff - Die größte Schiffskatastrophe der Geschichte" es el considerado como el más preciso relato sobre el hundimiento del Wilhelm Gustloff. El Premio Nobel de Literatura alemán Günter Grass ambientó con gran detalle su novela A paso de cangrejo (2002) en torno al hundimiento de este navío.

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