"El Experimento Filadelfia" basaba su guión en un posible hecho real ocurrido en Filadelfia, en 1943, con la misteriosa desaparición de un navío de la armada estadounidense. Esta película iba mucho más allá, conjeturando que ese navío desaparecía posibilitando que dos de sus ocupantes pudiesen viajar en el tiempo, más concretamente al futuro.

El personaje de David Herdeg (interpretado por un siempre soso Michael Paré) ve que su vida se le escapa, contemplando el reflejo de este tragedia en la propia muerte de su compañero de viajes temporales, Jim Parker (interpretado por Bobby Di Cicco). Esa lucha por la supervivencia, se intensifica por elementos comunes en cualquier relato de este tipo, la extrañeza de un viajero que no asimila las costumbres de los nuevos tiempos, y el juego que da la interacción con un personaje del presente, Allison Hayes (interpretada por la siempre excelente Nancy Allen), que intenta salvar a este individuo de su locura, aunque esta sea tan real que ella misma duda de su propia sanidad mental.


La banda sonora de Kenneth Wannberg ayuda a integrar esa atmósfera a lo pretendido por la historia. Aquí es donde la película más se distancia de ese patrón "Carpenter", pues Wannberg de importante formación clásica no utiliza el sintetizador para sustentar su partitura, sino que simplemente lo utiliza con un instrumento más, de aportación anecdótica.
La música de Wannberg, siempre vinculada a la de John Williams (recordemos que es su editor musical habitual), extrañamente se dirige a los patrones comunes de composición de otro maestro, Jerry Goldsmith.


El resto de la partitura se desarrolla con igual patrón en la composición, hasta llegar a "David´s Decision / Fate of the Vortex", de unos siete minutos de duración, que desarrolla en su plenitud casi todo el funcionamiento del trabajo de Wannberg para este film, y "David´s Choice/End Title" el mejor tema del disco donde las influencias de Goldsmith son más que evidentes.
La partitura de "The Philadelphia Experiment" tiene su inmejorable funcionalidad con las imágenes, pero aisladamente su escucha es poco satisfactoria, ya que no hay un "theme" demasiado epico ye inolvidable, ademas de que la melodía brilla por su ausencia, apareciendo cortes como "A Tender Moment" que podrían dar una esperanza melódica al que escucha, pero simplemente aporta una composición apenas perceptible, donde lo melodico no aparece por ningun lado.
Los editores de "Prometheus" son conocedores de este hecho, y salvan el compacto con una estupenda partitura, "Mother Lode", que aparece como "añadido" cuando en verdad es la partitura que uno más disfruta.
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